A contrarreloj

17 agosto 2015


Weheartit

En ocasiones la vida nos pone gente maravillosa en nuestro camino. Creo que es así como el destino puso a María, una leona de las que te hablaba aquí, en mi vida.

La historia de María, mi leona isleña, es complicada. Quizás por eso le ofrecí contarla en el blog. Me parece importante que la gente sepa que querer un bebé no es siempre llegar, practicar sexo y quedarse embarazada. Ojalá fuese así de fácil!. En ocasiones un embarazo lleva tras de sí, meses y años de sufrimiento físico y mental, por supuesto. 

Ella misma os cuenta su historia, yo sólo pongo el medio.



 "No sé muy bien cómo empezar a contar mi historia. Lo fácil será decir que me llamo María, tengo 43 y aún no soy mamá, pero sigo dejándome la piel y el alma en el intento.
Por motivos que no vienen al caso (pero no por capricho), decidí retrasar el momento de ser madre. Todo se remonta, justo ahora, a 4 años atrás. 
Una noche salimos, mi pareja y yo, a cenar con unos amigos. Ellos ya estaban inmersos en todo esto, a través de FIV (Fecundación in vitro). Al llegar a casa, mi chico me preguntó que cuándo íbamos a animarnos nosotros, y juntos decidimos que había llegado el momento. Ese mismo mes tuve una menstruación rara, y un par de semanas después mis pechos seguían hinchados y doloridos. El domingo, con la mosca detrás de la oreja, no pude esperar más, busqué una farmacia abierta y compré dos test de embarazo. Volví a casa más que corriendo, volando con el coche. Casi me obligué a hacer "pis"... ¡Positivo!, inmediatamente me hice el otro, por si el primero era defectuoso. Y de nuevo positivo!

Al día siguiente pedí cita con la matrona e hizo los trámites pertinentes, cartilla de embarazo, analíticas, etc. No había duda, estaba embarazada. Mis pechos y mi vientre tampoco dejaba duda alguna, se iban abultando poco a poco.

Un día, fui al baño, y al limpiarme manché un poquito. Me asusté y fui a urgencias, allí me vieron, pero consideraron que era muy pronto para ver nada en una ecografía, así que me mandaron a casa y me dieron cita para la semana 12. Sería mi primera eco, y podría ver a mi garbancito. Llegó el día, nervios e ilusión a partes iguales. La espera se hizo eterna hasta que nos tocó a nosotros. Entramos, y lo que iba a ser un gran día, se convirtió en nuestra primera gran bofetada, una de tantas que iban a llegar después.

En el monitor sólo se veían dos saquitos, con dos pequeños embriones sin vida. Uno paró en la semana 6 y el otro sobre la 9 o 10. En ese momento supe que ya no iba a ser mamá, y además que había perdido a dos bebés. Hasta entonces no sabía que estaba doblemente embarazada. Me sentí morir, pero ¿cómo no me dí cuenta de que algo no iba bien?, ¿por qué mi cuerpo no me había avisado?, ¿por qué aunque había perdido a mis bebés, seguía con náuseas, pechos hinchados y demás?... Me sentí inútil por no haberme dado cuenta de que algo no iba bien.
 Nos ofrecieron una expulsión "menos invasiva", la de las pastillas vaginales, para realizarla en casa. Fue traumático, doloroso física y emocionalmente, tuve un sangrado bastante importante y una pena aún mayor. Una semana después, tuve que ingresar para realizarme un legrado, y en quirófano el sangrado fue aún peor. La hemorragia fue fuerte y me quedé unos días ingresada para recuperarme, y por posible necesidad de transfusión de sangre. Finalmente no fue necesaria pero me costó meses remontar.
Durante esos meses de espera, antes de retomar la búsqueda del bebé, empecé a buscar información sobre abortos, causas, etc. La única respuesta de los médicos fue que era debido a mi edad y la mala calidad de los óvulos. Con esas respuestas, que por supuesto no me servían, busqué y dí con un foro donde había varias mujeres que habían pasado por la misma experiencia que yo. Encontré comprensión (no compasión que no necesitamos), apoyo y consejo de verdaderas luchadoras, contra viento y marea, unas con más intentos fallidos que otras, luchando como jabatas por cumplir un sueño. Ese foro pasó a ser algo más privado e hicimos un grupo más reducido. Fue una época de esperanza y locura.
Debatíamos si el embarazo se favorecía con determinadas posturas sexuales, si poníamos una vela a tal santo, etc. Lo hacíamos todas, si una leía que había que comer manzanas, almendras, zumo de pomelo, etc Se hacía y punto, tan ricamente!

Comprábamos palitos (test de ovulación TO y de embarazo TE) a toneladas, y nos hicimos expertas en el tema. Poco a poco fueron llegando alegrías y los positivos. A mí también. Año y medio después del primer legrado, llegó mi deseado positivo. Esta vez no iba a faltarme control médico, me daba igual si la 1ª eco se solía hacer en la semana 11 o en la 25, yo iría a eco desde el primer momento. 

Y así fue, semana 5, fui a la ginecóloga privada. Por experiencia de las chicas del grupo, pedí llevar heparina preventiva durante el embarazo, pero se negó sin una analítica que lo justificase, así que con ese panorama iba a control cada 10 días. Y todo fue bien... Hasta que dejó de ir.
Semana 10+4, de nuevo tengo derecho a soñar. Legrado directo, y ahí empieza mi verdadero calvario, por si todo lo anterior no fue suficiente.

Tras el legrado llegué a tener ciclos de 30, 40, 50, 60 días sin ver la regla, ahí empiezo a preocuparme. Según la gine de la Seguridad Social era todo normal, ya me bajaría la regla. Mi gine privada de vacaciones, y decidí buscar otra. Dí con una muy competente, me escuchó, no se limitó a culpar a mi edad de todos mis males. Me derivó a otra gine, por cuestiones de horario, con un diagnóstico prácticamente hecho. Ovulaba cada mes, perfectamente, pero sin menstruar: "Síndrome de Asherman, como consecuencia de raspado excesivo".

Síndrome de Asherman: adherencias que se producen porque las paredes del útero cicatrizan mal, y se acaban uniendo mediante una adherencia entre ambos lados, impidiendo el paso de la menstruación y la entrada del espera.

¿Solución?, histeroscopia quirúrgica, con anestesia general, para cortar y eliminar las adherencias. Casi 5 meses después del segundo legrado, por fin, me vino la regla, y al mes siguiente de esta, nuevo positivo, pero no me dio tiempo ni a alegrarme. Tuve un aborto bioquímico, el 3º ya. Hubo fecundación, pero no llega a implantarse.

Durante los meses que pasé sin regla nos hicimos miles de pruebas, todas las pertinentes. Los resultados, seminograma perfecto, cariotipos perfectos, y yo trombofilia positiva, factor V Leiden homozigoto, el motivo de mis abortos!!, mi sangre coagula demasiado y produce falta de riego al embrión. Por fin diagnóstico y por lo tanto solución.,
Tragué con comentarios hirientes del tipo: "Dios te habrá reservado otro camino, no el de la maternidad", "El cuerpo es sabio y esos abortos ocurren por algo" y lindezas así.

Meses y meses de búsqueda sin resultado, y de nuevo mis ciclos desvarían, entre 28 y 56 días, posible reproducción de nuevas adherencias. Pasé por quirófano de nuevo, para otra histeroscópia, eliminar adherencias y colocar un DIU que mantenga separadas las paredes del útero. Es mi último cartucho. Si con eso y un tratamiento de parches y pastillas de estrógeno, óvulos de progesterona, mi endometrio no engrosa...no podré ser mamá. No hay tratamiento de fertilidad posible sin endometrio. La única (e inviable económicamente) opción sería la maternidad subrogada.

Buscando embarazo a contrarreloj, y te colocan un diu durante 3 meses, ¿Cómo asimilarlo?, pues no, no se asimila, te lo aseguro. El primer mes lo pasé fatal, tuve muchos dolores, pero me dolía más el precioso tiempo que estaba obligada a perder. El endometrio ha ido respondiendo bastante bien, y finalmente, después de 4 meses, hace un par de semanas que me lo retiraron. Ahora estoy en el primer ciclo de búsqueda, no quisiera hacerme ilusiones de conseguir algo, pero tampoco quiero perder precisamente esa ilusión.

Mi pareja, un gran hombre, me ha acompañado respetando mis silencios, y ha secado mis lágrimas sin preguntar. Si no es por un grupo de leonas en mayúsculas, que entienden de lo que hablas sin necesidad de explicación. Y si no es por mi familia y amigos, que aceptan que les he mantenido un tanto al margen, necesitaba mi propio espacio. Si no es por todos ellos, no sé que hubiera sido de mí en este camino. Ojalá llegue pronto el momento de devolveros a todos una parte de lo mejor de mí."
 
María.

9 comentarios:

  1. Sin palabras Maria, un camino duro el que te ha tocado, pero siempre he considerado que algo bueno tiene que salir de tanto esfuerzo, convertido por supuesto en un bebe. Sabes que estamos aqui contigo apoyandot,e en ese camino que te ha tocado vivir, no dejandote nunca caer , te queremos amiga y tu triunfo sera nuestro triunfo, porque asi te lo mereces.

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  2. Esa lucha que mes a mes va teniendo VA A TENER SJ RECOMPENSA por q así lo creo y la buena gente luchadora fuerte lo tiene q conseguir mi corazón está contigo y ese positivo lo.vamos a celebrar antes o después juntando nos todas!

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  4. Mari tu eres una super leona, todo este largo camino va a tener su gran recompensa! A seguir luchando por lo que quieres tanto porque lo vas a lograr y lo celebraremos como si tu posi fuera nuestro propio😘

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  5. Hola: Acabo de descubrir tu blog gracias a la entrevista que te hace Ana Maria Almendro Oliva en su espacio. También el diseño de tu blog me parece muy auténtico y elegante. Me gusta mucho la variedad de temas que tratas porque me siento identificada en muchos aspectos contigo ya que también soy madre. En este momento tengo un blog dedicado a los jóvenes y nuevas tecnologías que te invito a visitar: http://cativodixital.blogspot.com.es/ . Si quieres seguimos en contacto. Yo ya me hice seguidora de tu blog.

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    1. Hola Marta! Te sigo en Fcbk, gracias por pasarte por aquí, ahora mismo me paso por tu blog. La maternidad es fabulosa compartida!
      Gracias por tus comentarios!

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  6. Sólo tu sabes lo duro que es todo esto pero se que lo conseguirás, me he emocionado!!

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  7. Gracias por tus palabras. Todos deseamos que lo consiga, lo está dando todo, así que seguro que la fuerza divina le premirará

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  8. Mucho ánimo y actitud positiva, que veo que la tienes. Realmente te deseo lo mejor, que llegará.

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