Aylan. En las guerras los niños dejan de ser niños.

05 septiembre 2015


Puede que haya personas a las que no les guste leer lo que hoy aquí escribo. Aún así, es mi humilde opinión, y aprovecho mi pequeño rinconcito para dejarme llevar.

Hace un par de días, una foto me arañó las entrañas. Supongo que ya sabéis de la foto que os hablo. Aylan, un pequeño sirio de 3 años ahogado frente a las costas de Turquía. Ese cuerpecito inmóvil, parecía dormir. Un pequeño ángel que no tuvo oportunidad. No se le dio opción a tener ni tan siquiera recuerdos. La "famosa foto" no llega a abarcar el drama que, hasta ahora, nos parecía tan lejano. 

huffingtonpost


El País

Así es cómo nos gustaría verlo, descansando tranquilo en su cama. O sonriente de la mano de su papá. Y que jamás hubiesen llegado imágenes de su pérdida, del drama de la familia Kurdi, de la vergüenza europea,  Porque hoy todos nos sentimos derrotados, o eso indican las redes sociales (ironía en modo ON). Desde la comodidad de nuestras casas es fácil ver lo que "por allí" está pasando (ojo!, me incluyo). Desde la alta definición de nuestros smartphones, tablets y pcs, es duro ver imágenes de este calibre. Así que, por un momento, sólo un par de segundos, imagina cómo debe ser vivirlo en primera persona. 

Imagina que hubieses sido tú: en un mar embravecido, agarrando fuerte a tus dos hijos, pero aún así se te escapan de las manos.
Imagina que se hunden, en el oscuro mar, uno tras otro. Tus hijos se han hundido. Y no puedes hacer nada, tan solo mirar, gritar, e intentar llegar a la costa. 

Saber que tus hijos han sobrevivido a las bombas y a la guerra, pero no a las fronteras geográficas. 
Cuánto dolor, ¿verdad?... Y sólo estábamos imaginando!... 

Sí, el pequeño Aylan, su hermano Galib y su madre murieron (entre cientos de personas) intentando buscar una pizca de aliento para su futuro, anhelando un porvenir mejor para sus hijos. Alejados de las armas, guerra, muerte, hambre... Yo también lo haría.

No puedo evitar mirar a mi hijo y pensar... ¿Qué les diferenciaba?... Nada, absolutamente nada más que el país donde nacieron. Su nacionalidad. Ya ves tú, una característica que no se elige, les vino impuesta. 

Y, ¿entonces?, ¿con qué derecho nos sentimos superiores a los inmigrantes? ¿Seguimos pensando que ellos vienen a nuestro país a quitarnos el trabajo y en cambio los miles de españoles que hay ahora por el mundo están "buscándose las castañas par un futuro mejor"?... Que triste señores. Qué poca memoria tenemos. Hasta hace relativamente poco, España fue un país de emigrantes, familias enteras huían de las penurias que aquí teníamos. Se me cae la cara de vergüenza al leer algunos de los comentarios vistos en las redes sociales.

Esta "repentina" crisis de refugiados no viene de nuevas. No seamos hipócritas. Los medios de comunicación europeos no están interesados en reportajes reales sobre zonas de conflicto. El propio Antonio Pampliega lo contó hace un par de años aquí
Se estaba produciendo una masacre en Siria, pero nadie, absolutamente nadie quería pagar por esa información veraz y de calidad.

Antonio gastó todos sus ahorros para poder estar al pie del cañón, en primera línea, para darnos información de primera mano. Pero a nadie le interesaba ese tipo de información. En su blog "Un mundo en guerra" nos decía: 

"Desde esta tribuna quiero enseñaros ese 'otro' mundo que también existe y donde la línea que separa la vida y la muerte se rige a golpe de kalashnikov... Dónde millones de personas no tienen voz. Este blog quiere convertirse en su voz y en vuestros ojos para desvelar verdades que permanecen aletargadas... Acompáñeme a ese Mundo en Guerra que apenas tiene cabida en los medios de Comunicación; porque sino lo contamos no existe... y sino no existe ganan los Señores de las Sombras."

Antonio Pampliega, y dos colegas de profesión fueron secuestrados hace más de mes y medio en Siria, intentando hacernos llegar la verdad de lo que allí está pasando. 

No olvidemos, los conflictos armados existen. Las guerras civiles siguen a la orden del día. Dejemos de pensar que siguen lejos, ya está bien de autoengañarnos. No nos servirá de nada seguir pensando de esta manera. El problema existe, el problema es real, y esté a 10 o a 10.000 km, se le tiene que poner solución. 

EMPATÍA, es lo único que se necesitaría. Tener un poco de corazón y ponerse en el lugar de esas familias que tienen que huir para seguir mirando hacia adelante. Arriesgando la vida y la de los suyos, por poder tener algo que debería ser innato: derechos, futuro, esperanza. 

Que no necesitemos más imágenes de personas muertas para darnos cuenta del drama que se está viviendo en el Egeo. 


En las guerras, los niños dejan de ser niños. Pierden la esperanza, la ilusión, su niñez.


Galib, Rihan y Aylan Kurdi + decenas de personas que siguen intentándolo. DEP.




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2 comentarios:

  1. Tu post es de lo más acertado, porque mirando a otro lado no conseguimos nada. El mundo puede ser así de cruel y duro y no es justo. No lo es. ¿Quién le devolverá la vida a Aylan?

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  2. Son tremendas las guerras y todo lo que conllevan

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